LA TABERNA DE MANOLO: sobredosis hamburguesera en Colmenar.

Al llegar, nos encontramos con un restaurante de lo más normal, quizás algo descuidado y más próximo, en su decoración, a un salón de bodas que a un local especializado en hamburguesas. El trato del personal del lugar es muy correcto, tirando siempre a lo informal, como casi todo lo que nos rodeó durante la visita, hasta la carta es así, plastificada, con sus erratas, etc. Eso sí, al posar nuestros ojos sobre ella, nos invadió un sentimiento de impotencia al comprobar la cantidad de posibilidades y de variedad que allí se nos ofrecen.

Todas las hamburguesas están "bautizadas" con el nombre de alguien, conocido o parroquiano habitual de la Taberna y junto al nombre, la descripción de todos los ingredientes a los que nos vamos a enfrentar y os aseguramos, que a cada cual más exagerada. Comenzamos.
Antes de entrar en la descripción pura y dura, ya veis algo inusual y es que las hamburguesas no se nos presentan de un modo típico, sino que vienen envueltas en papel de aluminio, como ya decimos, todo es bastante informal en la casa de Manolo.

Todas las hamburguesas tienen versión con vegetales, sin ellos, vegetarianas, de pollo o mixtas. De uno, dos e, incluso, tres pisos. Pero no por ello la calidad de la carne baja, más bien es todo lo contrario, es muy fresca, proveniente de la zona de la sierra y bien cocinada en la parrilla, de gas, eso sí.
Como veis, el punto de la carne no es problema y consiguen adecuarlo a nuestro gusto, aunque, quizás, para los más carnívoros, pueden pasarla un poco más de lo que nos gusta. Además, a Manolo le gusta darle sabor y los ingredientes que forman la hamburguesa vienen en cantidades más que sobradas, desde los vegetales, hasta el queso o el bacon. Hay que ir con bastante hambre, os lo aseguramos.
Aunque no se aprecie en la imagen de arriba, esta hamburguesa es de dos pisos, con su huevo frito, salsas, bacon y mucha, mucha verdura. A pesar de que podemos pedir la versión de triple, os aseguramos que es más que suficiente, ya que se convirtió en todo un reto acabarla.

Desafortunadamente, las patatas hay que pedirlas aparte, un gran fallo, pero que vienen bien como único entrante, ya que la hamburguesa es lo suficientemente consistente como para no querer oir hablar de comida durante el resto del día.

En conclusión y a pesar de la distancia, La Taberna de Manolo es un buen sitio al que ir con amigos, donde te tratan bien y del que saldréis totalmente llenos. La calidad de los ingredientes es bastante alta y demuestran que, en la cocina, saben lo que hacen, dotando a los platos de una relación calidad/precio muy, pero que muy aceptable. Quizás el hecho del papel de aluminio se convierta en un problema ya que, dadas las dimensiones de la hamburguesa, es casi imposible disfrutarla con las manos, por lo que acaba siendo triturada por el uso del cuchillo y el tenedor, con el consiguiente desgaste del "envoltorio".

También merece la pena recordar que el trato es más que correcto, sobretodo el del señor Manolo, que ameniza tu estancia con bromas y saludos a todos los comensales del salón y que regala Chupa-Chups a la salida. Y es que, al fin y al cabo, somos como niños.

PRECIO MEDIO DE LA VISITA: 15 EUROS APROX.