Parece mentira, pero todavía no habíamos hablado por aquí de la Gringa, ese segundo local, casi gemelo de La Carmencita Bar y donde disfrutar con su brunch es casi una imposición social. Así que, cámara en mano, nos dispusimos a disfrutar de esa mezcla entre desayuno y almuerzo que tanto nos gusta, acompañados de unos cuantos amigos. El espacio, como ocurre con el de su predecesor, es pequeño, aunque casi cualquier grupo, por grande que sea, se puede acomodar, eso sí, previa reserva, porque la fama y el éxito se sus viandas hacen que todo el mundo quiera entrar.
A la hora de elegir la manduca, muy sencillo, aunque en la carta nos e explica del todo bien. Tenemos un menú de brunch por 14.5 €, que incluye una de las hamburguesas de las hamburguesas o bien uno de los platos que no supere los 9 €, acompañado todo de agua y mimosa, esa mezcla de zumo de naranja y cava que os va a enamorar. Y para terminar, una tarta del día y un café o infusión, que también se incluye en el precio inicial.
Como no lo pudimos evitar, cayeron unas cuantas burgers por la mesa, clavadas a las de La Carmencita, por lo que no entraremos en más detalles. Sólo os contaremos que la combinación con los hashbrowns roza lo épico y encima, no escatiman en producto, a pesar de estar comiendo un menú.
Aunque es MUY difícil decidirse, la Tucson o la Gregorio's, que forman parte de los bestseller del garito, son valores seguros, con esa mezcla loca de ingredientes y esa carne, cuidada en cocina, con su picado ideal, que hacen suspirar tanto a los habituales del barrio, como a los que nos dejamos caer por aquí de vez en cuando.
Pero, por si fuera poco, también pasaron por nuestras fauces los ya famosos huevos benedictine, con una de las mejores salsas holandesas que podemos disfrutar en la ciudad. Además, nos dejan mezclar en el mismo plato, ya que vienen dos raciones de huevos, eligiendo entre tres de sus acompañamientos, es decir, aguacate, salmón o bacon. Quizás el punto más en contra que tienen es que, en vez de las clásicas tostadas que forman parte de esta especialidad, se nos sirven unos panecillos como los que emparedan las hamburguesas. Aunque no pasa nada, siguen siendo el motivo por el que visitar La Gringa.
Y para rematar, el gran plato americano o lo que es lo mismo, dos huevos fritos, bacon, salchichas y hashbrowns, que hacen de colofón para un brunch con el que quedarse lleno. Eso sí, la falta de un poco de panecillo para remojar en la yema de esos dos huevos es criminal, pero bueno, pudimos mezclar y descubrir nuevas combinaciones.
La parte dulce viene con sus tartas, de zanahoria o de chocolate, que os pondrán muy difícil la elección. Nosotros probamos ambas, que para eso éramos unos cuantos y sí, su carrot cake sigue estando bien alta en nuestro ranking oficioso, pero es que la de chocolate, con su crema por encima, es de morirse. Muy frescas y una vez más, en buena ración, harán que terminar con todo sea harto complicado.
En definitiva, si bien La Gringa ofrece exactamente lo mismo que La Carmencita Bar, siempre es bueno disponer de un local gemelo donde disfrutar de uno de los mejores brunch de Madrid, incluyendo sus hamburguesas, divinas y un servicio la mar de simpático. Así que ya sabéis, si os levantáis tarde para desayunar o pronto para comer, pegadles un toque, que seguro salís con una sonrisa en la cara.
PRECIO DEL MENÚ BRUNCH: 14.5 €
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