"Grande ande o no ande", eso reza la expresión. De acuerdo o no, tenemos que reconocer que nuestros ojos se van directos a las palabras grande o gigante cuando de hamburguesas anda el juego. Así que por esta razón (y otras cuantas más, entre las que entra zamparnos un arrocito rico) nos plantamos en Alicante, la ciudad que alberga maravillas hamburgueseras como la hamburguesería Conan, la Thor o la Cowboy, de las que ya tuvimos el placer de hablaros por aquí.
Pues la cosa fue tal que así: íbamos a repetir comiendo una hamburguesa astronómica en el Conan peeeeeero nuestra nueva guía local nos engatusó con palabras que hablaban de una salsa misteriosa que regaba a unas patatas con queso fundido y de burgers gigantes de mejor calidad que sus predecesores. No nos quedaba más remedio, nos tocaba experimentar con el cuarto local de San Juan: la hamburguesería Arizona.
¿Qué es lo que estará pasando en esta localidad alicantina para que todo local que produzca hamburguesas mastodónticas tenga éxito? Aquí dejamos la pregunta...
Al parecer, este local ha alcanzado un lugar en el podio hamburguesero de Alicante por la misteriosa salsa Arizona, algo así como una salsa de nata agria, queso, una semibechamel de un sabor inexplicable e inimitable. Los ingredientes son secretos y nadie sabe con exactitud de qué está hecha pero tiene enganchados a muchos que acuden en masa a por sus Patatas Arizona o el Nevado, del que hablaremos más adelante, ambos bien surtidos de esta enigmática salsa.
Al entrar, vemos que pinta bien. Es miércoles, hace frío, son casi las 11 de la noche y vemos varias mesas llenas aunque no se trate de un sitio muy acogedor. Decoración básica, mesas de madera y algún motivo del Lejano Oeste (esos indios pintados en las paredes y siluetas del Gran Cañón) en un salón más o menos diáfano que da la impresión de acoger a grandes grupos fácilmente. No hay mucho más que añadir, ni largos ni cortos nos quedamos.
Los ojos se nos van hacia la carta: ensaladas, perritos, patatas, sándwiches, baguettes, algunos platos de carne (especialidades) y nuestras queridas hamburguesas. Los precios no se suelen disparar de los 7 o 8 euros para los principales, que suelen tener un buen tamaño (incluso para dos personas como en el caso de las hamburguesas), y los 4 o 5 euros para los entrantes.
La variedad de hamburguesas no es que sea para tirar cohetes, como sí es en el caso de las baguettes y los sándwiches, ciñéndose a adicionar ingredientes como el bacon, el queso y el huevo frito entre unas y otras. Sin embargo, lo que nos entusiasma es que tenemos dos tamaños para elegir: el mediano y el grande. Como os hemos dicho, el tamaño de la burger grande da más que de sobra para aquella pareja hamburguesera que quiera compartir un entrante y un postre. Vamos, que si os pedís una cada uno os puede acabar saliendo por las orejas si os decidís por algo más.
No podíamos irnos sin probarlas, las Patatas Arizona parecen ser una de las razones del éxito de este restaurante americano. Patatas fritas con trozos de bacon, una mezcla de quesos fundidos y la famosa salsa Arizona. Sin duda un plato contundente que no deja indiferente a nadie y que, a pesar de relamernos con él, nos pudimos acabarnos.
Pasamos al siguiente súperventas del local: el Nevado. Un arroz con pollo y bacon bien cargado de la famosa salsa Arizona que hace las delicias de sus clientes habituales. Los adictos a esta salsa no dejarán de maravillarse con su sabor.
Y aquí está la protagonista de la visita, lo que veníamos buscando, una macroburger. Nos pedimos la Hamburguesa Especial en tamaño grande con queso, bacon, huevo frito, tomate, lechuga y cebolla. La verdad es que, con sus predecesoras del Conan, esperábamos algo más grande pero nos quedamos más que satisfechos hasta siendo para dos personas.
No podemos catalogarla más que de batallera. Aquí no estamos ante una hamburguesa gourmet, sino de una que nos sirve para librar la batalla contra el hambre a base de ingredientes de toda la vida que están ricos pero que no sorprenden por su originalidad. La carne no puede estar ni al punto ni cruda porque es demasiado fina y está algo seca, pero cumple con su papel en la lucha a la perfección.
El panecillo, de tipo mollete y bien consistente, aguantó hasta el último bocado aunque no tiene nada más reseñable. El acompañamiento eran unas simples patatas fritas congeladas y un par de botes de mostaza y kétchup. Sin florituras ni pijadas.
Y eso es todo, amigos. Porque comer no podíamos comer más y no pudimos hincarle el diente a ningún postre.
En general, podemos decir que disfrutamos de la experiencia americana en el Arizona pero no podemos catalogar a sus hamburguesas de algo más allá que de quitahambres. Quizás si la carne la mejorasen un poco podríamos estar hablando de una calidad-precio estupendísima pero por ahora nos quedamos en el notable, que viene bien ayudado por unas estupendas patatas. Quédense con el nombre: Patatas Arizona.
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA:
1 PATATAS ARIZONA: 5,60€
1 NEVADO: 8€
1 HAMBURGUESA ESPECIAL GRANDE: 7,80€
3 CAÑAS DE CERVEZA: 4,50€
1 AGUA: 1,50€
TOTAL: 27,40€
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