Las hamburguesas se están colando en la carta de los lugares más inesperados, como ocurre con Volcanes, un restaurante especializado en comida típica de Nicaragua, pero que cuenta con unas cuantas opciones de carne emparedada que no podíamos dejar de probar. Situado muy cerca de la pudiente Calle del General Perón, nos encontramos con un local amplio, tirando más a cafetería, donde nos recibe un mural que hace referencia a aquel país, pero en el que echamos de menos alguna decoración más concreta, que nos haga salir de esas paredes blancas.
Al ojear la carta, encontramos varios platos típicos del otro lado del charco, mezclados con éxitos patrios como el salmorejo o procdutos más "norteños", como los fingers de pollo o nuestras amadas burgers. Una mezcla que puede alegrar a más de uno, pero que tiene sus puntos negativos. En el apartado de precios, nos encontramos con propuestas muy asequibles y más teniendo en cuenta la zona en la que nos encontramos.
Como nos encanta probar cosas, nos dejamos aconsejar por el súper simpático camarero en lo que a platos típicos se refiere y así llegó a nuestra mesa el macho con frijoles. Se trata de un plátano de género "masculino", aportando un dulce que contrasta con la salsa y esa especie de pico de gallo, con un cilantro que nos dio la vida, flanqueado por un cuenquito de frijoles machacados y dos porciones de un queso frito que no podíamos dejar de admirar. Además, esta especialidad viene acompañada de un picante líquido de la tierra, que es más avinagrado que picoso, pero que contrasta muy bien con el resto de ingredientes.
Y hasta aquí la comida nicaragüense, que dejamos de lado, con buen sabor de boca, para pasar a las hamburguesas, las cuales, viniendo de probar platos a la altura y sorprendentes, nos dejaron un poco fríos. Comenzamos con la del chef, con 200 gramos de carne de ternera cocinada a la parrilla, un bacon criminalmente salado, que casi nos mata, crema de queso y una cebolla caramelizada dulce, muy dulce, que consiguió hacer pasar un poco trago.
Por otro lado, tenemos la Camila, con queso Brie y una mermelada dulce, demasiado, que va mejor en una tostada en el desayuno que esta burger. Si no fuera por este detalle, estaríamos ante una hamburguesa decente.
Con los mismos vicios y virtudes de la anterior, la carne, la protagonista, la encontramos sosa, a pesar de llevar bien de pimienta y eso hace que, ante la potencia de sabores del resto de ingredientes, quede en un papel testimonial. Eso sí, está cocinada con mimo, llegando CASI al punto que pedimos y jugosa. Presenta un picado casi excesivo, acercándose al estilo casero de carnicería de barrio.
Además, el pan utilizado en ambas no deja de ser el típico de bolsa, bien tostado por dentro, pero seco por fuera y aunque no se desmoronó en ningún momento, tanto a la vista, como al gusto, fue un poco incómodo a la hora de degustarlo.
De las patatas fritas, poco que añadir que no se vea en las fotos ya. Congeladas, aunque crujientes y sin ninguna gracia, como le ocurre al pan. Es una pena que este tipo de detalles no se cuiden más, ya que no son caros y siempre se agradecen.
En definitiva, en Volcanes encontramos una cafetería, más que un restaurante, con un servicio bastante atento y simpático y unos platos exóticos a la altura, pero que, en cuestión de hamburguesas, no nos acabó de convencer. Con una carta variada en lo que a carne con pan se refiere, echamos de menos un poco más de cuidado a la hora de elegir los ingredientes para que cumplan algo más que una labor nutritiva con la que luego tendremos arrepentimientos.
PRECIO DESGLOSADO DE LA VISITA
1 BOTELLA DE AGUA: 1.4 €
1 REFRESCO: 2.3 €
1 MADURO CON FRIJOLES: 5.5 €
1 HAMBURGUESA DEL CHEF: 8.35 €
1 HAMBURGUESA CAMILA: 7.5 €
TOTAL: 25.05 €
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