Como si de un puente aéreo se tratase, recientemente caímos en las garras de Vicio, un concepto de dark kitchen que llega de Bacerlona y lleva un tiempo sacudiendo las redes sociales con su imagen gamberra y sobrada, que promociona más un estilo de vida que unas smash burgers muy resultonas, de las que te encanta zamparte en casa, en un parque o hasta haciendo un botellón hamburguesero muy mítico.
Cogimos nuestro móvil, entramos en su web y tocamos en "pedir ya". Tras navegar por diversas opciones y ver todas las hamburguesas que ofrecen, el botón de combo llamó nuestra atención. Como era una cata express, nos lanzamos a por el Satisfayer (que no inlcuye pilas) por 15.9 €, que consta de una burger, unas patatas fritas báscias y una bebida. Así que, tras enamorarnos de la bacon cheeseburger, lo tuvimos bastante claro. Antes de que nuestro Metro llegase a la estación, habíamos terminado el pedido y unos pocos minutos después, recibimos un mensaje confirmando que nuestro pedido estaba listo para recoger. ¡Qué velocidad!
Tras conocer a los chicos que "atienden" en el local, nos vamos, muy contentos, con nuestra bolsita, a un parque cercano, para dar rienda suelta al hamburguesismo. Nada más abrir el packaging, un cubo de cartón promete hacernos muy felices con lo que contiene en su interior y al abrirlo y desenvolver el papel, encontramos un producto muy visual, con un panecillo que, lejos del brioche que especifican en su web, parece un potato roll de los que nos gusta, que abraza un par de patties muy bien aplastados, con su costra sobresaliendo, fundidos con un queso cercano al amercicano y mucho bacon en virutillas. Además, disponemos de pepinillos, cebollita y salsa burger de receta propia.
El primer bocado nos descubre una jugosidad maravillosa, con una mezcla de sabores básicos que tanto nos gusta y ese toque de vinagre, que levanta el conjunto, justo, sin pasarse ni tapar el resto de elementos. El queso, muy cremoso y la salsa, estupenda. En cuanto a la carne, jugosa, muy bien cocinada y que aporta su parte, aunque sin tener esa presencia que necesitamos cuando nos zampamos una buena burger y que debería hacernos explotar las neuronas. Todo en su sitio, ligero, sin grasas malas y haciendo que devoremos la burger.
Como decimos, a la carnaza, muy bien cocinada, aunque, quizás, algo seca, le pedimos un punch más de sabor y ternura, de esas que, cuando las aprietas, sueltan jugos, creando vídeos perfectos para influencers hamburgueseros de miles de seguidores. No obstante, nos encontramos ante una smash equilibrada y muy decente, de las que podríamos devorar a pares, así que, salvo detalles pijos, de esos que nos gusta recalcar, este producto dejará encantados a propios y extraños. Además, ese brioche que os hemos contado, aguanta, sin aportar un dulzor excesivo y tostadito a la perfección.
Acompañando en la bolsita, tenemos unas patatas fritas en una ración estupenda, cortadas en bastones y caseras a tope. Crujientes a más no poder y nada grasosas. Nos dejaron encantados y lamentamos que se acabasen, porque podríamos estar devorándolas todo el día.
En definitiva, en Vicio nos han dado lo nuestro y nos ha encantado. Sí que le pedimos un punto más de locura en los ingredientes, pero en términos generales, estamos ante una hamburguesa idónea para degustar en casa con amigos o en el exterior, de rollito improvisado y con unos precios más que adecuados. Nosotros, sin duda, pediremos más y más, para comparar y disfruta sus burgers como se merece y de paso, contaros sus evoluciones.
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